Caos climático

Las inundaciones en Tailandia, que devastaron industrias y cultivos de arroz y alteraron la vida de la población, sirven como recordatorio de que el calentamiento global debería ser considerado con toda seriedad.Muchas zonas del país están inundadas y la televisión mostró el lento pero sostenido avance de las aguas desde las regiones del norte, donde cayeron las copiosas lluvias, hacia Bangkok, donde hacía tiempo que se esperaban las inundaciones, ya que las aguas deben pasar por la capital para llegar al mar. Varios distritos de la capital están sumergidos o parcialmente afectados.

Una vez más quedó demostrada la devastación que pueden provocar las inundaciones. Esta vez le tocó a Tailandia, pero puede ocurrirle a muchos otros países, de manera que la lección consiste en saber que todos deben prepararse para enfrentar y minimizar las inundaciones, que en los últimos años han crecido dramáticamente tanto en número como en intensidad.

Según estimaciones del gobierno de Tailandia, una cuarta parte de los cultivos de arroz podría verse afectado, con graves repercusiones en los ingresos de millones de agricultores, lo que a su vez podría elevar el precio del cereal tailandés, que se vende a muchos otros países.

Varios estados industriales, con cientos de fábricas, quedaron sepultados por las aguas, lo que deja a unos seiscientos cincuenta mil trabajadores desempleados, por lo menos temporalmente.

Esto también tiene un alcance mayor ya que Tailandia es un centro manufacturero mundial. Las inundaciones alteraron las cadenas de abastecimiento de empresas multinacionales, especialmente de los sectores electrónico y automotor.

Los fabricantes de automóviles japoneses, como Toyota y Honda, cuyas fábricas quedaron inutilizadas por las inundaciones, no pueden abastecer de autopartes al resto de sus fábricas en todo el mundo.

Tailandia es el principal proveedor de unidades de disco duro y el cierre de fábricas distorsionó el suministro a empresas como Lenovo y Samsung, afectando sensiblemente sus ventas de computadoras.

La economía tailandesa se ha visto seriamente lesionada. El cierre de fábricas ha ocasionado pérdidas millonarias y la disminución del turismo también produjo pérdida de ingresos. Es probable que la tasa de crecimiento del PBN caiga algunos puntos.

Pero Tailandia no es el único país en esta situación. Muchos otros se han visto afectados este año por fuertes lluvias e inundaciones. Pakistán las padece por segundo año consecutivo, con un saldo de cinco millones de personas con necesidad de alimentos, abrigo y agua potable, en América Central las han sufrido Nicaragua, El Salvador, Honduras y Belice, y otro tanto ha ocurrido en Estados Unidos y Australia.

Los especialistas en clima son reticentes a vincular cada una de las inundaciones directamente con el cambio climático, ya que resulta difícil probarlo. Pero existe la idea generalizada de que el calentamiento global contribuye a la creciente incidencia de las mismas. Un científico de la Organización Meteorológica Mundial explicó el año pasado cómo el calentamiento de los océanos aumentó la formación de nubes y contribuyó a las devastadoras inundaciones en Pakistán.

Dublín se vio afectado este año por inundaciones repentinas. Un periódico irlandés citó un informe de 2009 sobre gestión del riesgo de inundaciones de la Oficina de Obras Públicas que pronosticaba un aumento “de la frecuencia, el patrón y la severidad de las inundaciones como resultado del cambio climático”.

Mientras tanto, un informe vinculado al gobierno del Reino Unido, publicado a fines de octubre, describe cómo el cambio climático posiblemente ocasione cientos de millones de refugiados en todo el mundo, que tratarán de escapar de zonas afectadas por el calentamiento global.

Los refugiados tendrían que mudarse de sus hogares a medida que el cambio climático induzca sucesos como inundaciones, sequías, tormentas y olas de calor, según el grupo Foresight, que forma parte de la Oficina para la Ciencia de Gran Bretaña. Sin embargo, muchos de ellos tal vez se trasladen a zonas aún más afectadas, como las áreas costeras que son vulnerables a inundaciones provocadas por tormentas y aumento del nivel del mar.

Las inundaciones y las predicciones sobre los refugiados por motivos climáticos nos hacen pensar que los gobernantes deben tomar el calentamiento global más en serio. El interés de actuar de manera conjunta se ha desvanecido en los últimos dos años. La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que comenzará en Durban, Sudáfrica, a fines de noviembre, es una ocasión para reavivar el compromiso mundial de combatir el calentamiento global.

 

Martin Khor, fundador de la Red del Tercer Mundo, es director ejecutivo de South Centre, una organización de países en desarrollo con sede en Ginebra.

 

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